El programa TIDEM es liderado por la Facultad de Diseño de la Universidad del Desarrollo, en colaboración con el GEM Global Entrepreneurship Monitor Chile, y financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional del Biobío. Este programa cuenta además con la colaboración de representantes de CORFO, PROCHILE, IRADE, Desarrolla Biobío, UDD Ventures, ExploraTec UDD, Chile Diseño, Laboratorio de Investigación en Diseño UBB y Escuela de Diseño DUOC UC.
Un proceso creativo y sistemático. El proceso es visual y experimental y gira en torno a las experiencias humanas y su comportamiento. El resultado puede ser gráfico o productos tangibles, como nuevos servicios, sistemas o modelos de negocio (Design Delivers, 2018).
El programa TIDEM aborda el diseño desde una perspectiva amplia, ya que no se restringe exclusivamente a los sectores de diseño sino que además considera el rol del diseño en los otros sectores productivos. Los sectores de diseño se refieren a empresas enfocadas en diseño de vestuario, diseño gráfico, diseño industrial, diseño de interiores, diseño arquitectónico, entre otros. Mientras que los otros sectores como agricultura, minería, construcción, comercio, transporte, información, comunicaciones, servicios inmobiliarios, servicios empresariales, pueden ocupar diseño en mayor o menor intensidad como parte de sus actividades y procesos.
Considerar el diseño desde esta perspectiva, ofrece una mirada más profunda del impacto económico del diseño. En Reino Unido, el Design Council lo define como la Economía del Diseño para comprender mejor el valor creado por aquellos empleados y colaboradores en roles de diseño en una amplia variedad de industrias, desde sectores intensivos en diseño, como el diseño web o la animación, hasta diseñadores e ingenieros de diseño en empresas automotrices, aeroespaciales, producción cinematográfica, entre otros. Esto significa que incluso sectores donde se utiliza el diseño, pero no necesariamente es el giro principal. Esto incluye sectores como la arquitectura y la construcción, que incluye a los ingenieros civiles y aquellos involucrados en el urbanismo, todos los cuales utilizan el diseño de diferentes maneras. La economía del diseño generó en Reino Unido £ 85.200 millones en valor agregado bruto (VAB) para el Reino Unido en 2016. Esto corresponde al 7% del VAB del Reino Unido y equivale al tamaño de los sectores de distribución, transporte, alojamiento y alimentación.
Algunas cifras internacionales sobre el aporte del diseño en la economía, muestran que:
ESCALERA DEL DISEÑO
En base a la escalera del diseño, propuesta por el Danish Design Centre, las empresas pueden ser clasificadas en 4 niveles de madurez del diseño. La escalera de diseño se desarrolló como una herramienta para medir el nivel de actividad de diseño y determinar el grado de importancia estratégica para la empresa. Actualmente, este sistema de medición se considera el mejor modelo para comparaciones internacionales de diseño en la base empresarial. De acuerdo a estudios internacionales, el 55% de las empresas de la Unión Europea se encuentran en el nivel 1: Sin diseño, el 14% en el nivel 2: Diseño como estilo, el 18% en el nivel 3: Diseño como proceso y 13% en el nivel 4: Diseño como estrategia (Innobarometer, 2015).
En el nivel 1: Sin diseño, el diseño se encuentra subvalorado en la empresa, es decir la percepción de los usuarios o las partes interesadas no influyen en el proceso de desarrollo del producto. Hay espacios de mejora para incluir el diseño en los objetivos estratégicos, aumentar el conocimiento y experiencia para manejar actividades de diseño, ocupar el diseño como forma de diferenciarse de sus competidores y definir procesos para la gestión del diseño.
En el nivel 2: Diseño como estilo, el diseño se restringe como un medio para desarrollar la forma, la usabilidad y la estética de un producto. Los resultados del diseño se pueden medir fácilmente, ya que generalmente son evidentes en nuevos productos o características del producto. Hay espacios de mejora para potenciar el diseño en cambios de estéticos o a través de proyectos concretos de diseño, definir los atributos claves de los productos disponibles en el mercado, adoptar herramientas de marketing, contratar profesionales para desempeñar funciones específicas de diseño y fomentar el diseño en otros procesos de negocio fomentando la colaboración entre departamentos.
En el nivel 3: diseño como proceso, el diseño se ocupa como una metodología que se puede adaptar de manera transversal a cada etapa del desarrollo de nuevos productos y servicios, por medio de una fuerte consideración de los requisitos de los clientes, usuarios y otras partes interesadas. Hay espacios de mejora para incluir el diseño de forma proactiva y empezar a vincular el diseño con la innovación y el desarrollo de nuevo productos, definir colaboradores dedicados a manejar el proceso de diseño y coordinar con otros especialistas y departamentos y mantener procesos eficientes que aseguren mantenerse al día con las nuevas tendencias del mercado.
En el nivel 4: diseño como estrategia, el diseño juega un papel fundamental en el desarrollo estratégico y la gestión de la empresa. La alta dirección está intrínsecamente involucrada en el proceso de diseño con el fin de crear valor para todos los aspectos y grupos de interés de la empresa. Esencialmente, la empresa puede fomentar una cultura basada en la iteración y prototipos. Estos principios básicos de diseño pueden extrapolarse a aplicaciones comerciales de nivel estratégico, lo que permite que la visión y la propuesta de valor de una empresa informen las decisiones de diseño. Hay espacios de mejora para fortalecer el uso del diseño como para construir liderazgos de mercado, innovar en nuevos productos, servicios y procesos, estrechar la relación entre la gerencia y los diferentes departamentos que desempeñan funciones de diseño y continuar inculcando la importancia del diseño en todo el equipo.
BENEFICIOS DEL DISEÑO
Diversos estudios internacionales indican que a mayor nivel de la escala del diseño, mayores beneficios se generan para el desarrollo de las empresas, y desde una perspectiva mayor, para el crecimiento económico. Entre tales beneficios destacan:
En Reino Unido, dichos beneficios tienen un impacto significativo en alrededor de un 30% de las empresas que se sitúan en los niveles 1 y 2 de la escalera de diseño, elevándose sobre 50% y 60% para las empresas que están en nivel 3 y alcanzando en nivel 4 algunos valores sobre el 70% y 80% (Design Value Report, 2016).
La investigación de Kretzschmar (2003) ha indicado que existe una correlación entre el alto desempeño de la empresa y una mayor madurez en la escalera de diseño, ya que de forma consistente, la mayoría de las empresas innovadoras se ubica los niveles 3 y 4 (diseño como proceso o estrategia).
Es desde el nivel 3 que el diseño puede contribuir en las diferentes etapas del proceso de innovación, tanto al inicio en la definición de necesidades como en las etapas posteriores mejorando la estética y las estrategias de comercialización. Empresas que se ubican en el nivel 3: Diseño como proceso, no solo utilizan el diseño como un medio para desarrollar la forma, la usabilidad y la estética de un producto. También ocupan el diseño como una metodología que se puede adaptar de manera transversal a cada etapa del desarrollo de nuevos productos y servicios, por medio de una fuerte consideración de los requisitos de los clientes, usuarios y otras partes interesadas. Y son capaces de generar espacios de mejora para incluir el diseño de forma proactiva y empezar a vincular el diseño con la innovación y el desarrollo de nuevo productos, definir colaboradores dedicados a manejar el proceso de diseño y coordinar con otros especialistas y departamentos y mantener procesos eficientes que aseguren mantenerse al día con las nuevas tendencias del mercado. En esta línea, durante las décadas de 1980 y 1990 se desarrolló un importante cuerpo de conocimiento bajo el concepto de pensamiento de diseño o Design Thinking. En un intento de mover el concepto de diseño lejos de sus vínculos tradicionales haciendo artefactos visuales, a un tipo de modelo mental, que es potencialmente aplicable en todas partes y para todos los problemas sociales, económicos y empresariales. El pensamiento de diseño es una herramienta disponible para todos, no solo diseñadores profesionales. El pensamiento en diseño puede impulsar la innovación, propiciando la observación y empatía para entender lo que las personas quieren. De esta forma, las empresas pueden diferenciar y satisfacer mejor las necesidades de los mercados.
En este escenario, el objetivo general del programa TIDEM, de promover la generación de capacidades internas en diseño, busca abrir la posibilidad de que las empresas puedan subir de nivel en el uso del diseño como herramienta estratégica para el crecimiento y desarrollo.